La Reflexología sirve para tratar y prevenir trastornos o enfermedades; pero, también, para suministrar bienestar y relajación.
Las sesiones tienen una duración que puede oscilar entre 40 y 50 minutos y la frecuencia ideal para realizar esta terapia es de 2 sesiones por semana o de 1 sesión semanal como mínimo para comenzar.
SANAR EL CUERPO A TRAVÉS DE LOS PIES.
La Reflexología podal ayuda a restablecer el flujo natural del cuerpo, liberando toxinas, aliviando muchos malestares y problemas leves como insomnio, irregularidades menstruales y desórdenes digestivos, estrés, tensión, asma, artritis, ansiedad y falta de energía en general, entre muchas otras molestias.
El objetivo de la Reflexología podal es obtener una respuesta saludable de los órganos, aparatos y sistemas a la estimulación adecuada aplicada en las zonas reflejas correspondientes.
Con esta estimulación se consigue establecer el balance natural de la energía y la funcionalidad armónica de todo el organismo.
La reflexología podal tiene gran valor tanto en la prevención, como en el diagnóstico y tratamiento de las dolencias, cualquiera que sean sus causas y manifestaciones. Su papel preventivo se explica porque equilibra la energía del organismo y por lo tanto contribuye a evitar males posteriores.
INDICACIONES PRINCIPALES:
- Alergias.
- Insomnio.
- Jaquecas.
- Vértigos.
- Ojos cansados.
- Falta de energía.
- Falta de apetito.
- Estreñimiento.
- Dolores menstruales.
- Dolor de espalda y piernas.
- Dolores reumáticos, contracturas, lumbalgias.
- Estrés, depresión, etc…